| Santo Niño del Remedio, dulce emblema de ternura, encanto del alma mía, mi amor, mi bien, mi ventura.
Remedia todos mis males, atiende mis peticiones, consuela todas mis penas y escucha mis oraciones.
En tanto que, reverente, Niño Divino y Glorioso, te digo con alma y vida: Salúdote Niño hermoso.
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